
Los ojos pueden maquillarse con sombras en polvo y sombras en crema. Las sombras en polvo son las mas conocidas y las sombras en crema son las más novedosas por eso veremos la forma de aplicarlas.
Las sombras en cremas vienen en todas las gamas de colores, pueden ser opacas o brillosas y en tonos claros y oscuros.
Primero y principal hay que tener en cuenta que lo importante a la hora de comprar una sombra en crema, al igual que ocurre con el resto de los productos de maquillaje, es elegir sombras de buena calidad ya que de ésta manera nos aseguraremos que no se cuarteen y se salgan al aplicarlas.
Existe una manera sencilla de distinguir la calidad de la sombra en crema. Las que son demasiado fluidas son de menor calidad y las más espesas, de textura casi pastosa son de mejor calidad. De todas maneras ambas pueden ser utilizadas ya que las sombras más líquidas pueden ser aplicadas como base y utilizar el mismo tono en sombra en polvo para darle mayor textura y evitar que se cuartee o se salga.
La forma correcta y profesional de aplicar una sombra en crema es mediante la utilización de un pincel de cerdas sintéticas o de goma, del ancho del párpado móvil. La misma se debe aplicar mediante pequeñas aplicaciones y no desparramando el producto sobre la superficie.
Sin embargo también es posible y bastante más sencillo aplicar las sombras en crema con la yema de los dedos. Esta resulta ser una forma más fácil y sencilla y da los mismos resultados si se la aplica mediante pequeños golpecitos uno al lado del otro hasta lograr cubrir la superficie.
Las sombras en crema son una muy buena opción ya que quedan muy prolijas y si son de buena calidad no deberían cuartearse. Además este tipo de sombras pueden utilizarse solas o combinadas con las sombras en polvo.
Si bien la elección de la sombra es cuestión de gusto personal, las sombras en crema resultan ideales para aquellas personas alérgicas a las sombras en polvo y también para quienes utilizan anteojos.